Había llegado apenas a la academia y el primer lugar que quería conocer era la biblioteca. Al llegar veo mi reflejo en las ventanas del lugar *hay madre... algún día te persona por haberme hecho un niña eterna...* Suspiro y luego procedo a entrar al lugar. *Es hermosa* pienso mientras observo el lugar a mi alrededor, desde que llegue me agrado la idea de ser quien se encargara de este sagrado recinto. *para mí es un lugar completamente sagrado, un templo que resguarda grandes enseñanzas de todas las personas* Sonrío feliz y cierro los ojos.
-Este lugar es genial...
Me dispongo a acomodar algunos libros que veo sobre la mesa *¿por qué están fuera de su sitio?* Pienso mientras lo miro. *Bueno eso no importa, solo importa que yo estoy aquí para ponerlos en orden* Tomo los libros y subo por una escalera para acomodarlos. Mientras los acomodaba estaba tan absorta en mi labor, me sorprendo por un ruido fuerte.
-AH!!!
Caigo de la escalera, tan solo dos metros. Me levanto al instante cerciorándome de que no me lastime nada y que tampoco les paso algo a los libros.
-Ja... eso sí me dolió.